Malévola y perversa tú
Me hiciste culpable y reo de ti
Una ceguera maligna y consentida,
De mi se apodero tu cuerpo
Cerraste mis ojos a la vida, a la luz
Para que mis noches fueran tuyas
Querías poseerme, tenerme, disfrutarme
Que fuera el esclavo de tu embrujo
Despertaste mis instintos carnales
Me absorbiste con tu perfume malicioso
Tu savia que emanaba de ese cuerpo
Que como fruta prohibida no pude apartar
Dueña de mis sentidos atrapados
Ama de mis deseos que son nuestros
Me condeno por amarte en silencio
En mi distancia, mis vacíos y soledades
Soy culpable de todos mis deseos
Los que tú me provocas intensamente
Estas en mi lejanía, en mis quimeras
Eres utopía y realidad, eres mi vida
Esa que quiero vivir perpetuamente
Para sentirme siempre contigo…
Culpable
Mare Nostrum 08 – 08 – 2017
Adolfo A. Morales Borrego
Bendita culpabilidad cuando voluntariamente se entrega y se está a gusto.Saludos
ResponderEliminarQué intenso y sensual es tu poema, mi querido Adolfo, con cuánta fuerza has vuelto a escribir, cómo me alegra que estés aquí de nuevo, es algo maravilloso lo que has escrito, un poema que hace latir y además, invita a volar cerrando los ojos y dejándose llevar por tus renglones, la verdad es que me ha encantado.
ResponderEliminarGracias enormes por seguir latiendo poesía, la cual tanto admiro.
Besos enormes.
Culpable por sentir,
por cegarse a la vida,
por hacer vivir los sueños,
por despertar en ellos la lujuria,
por volar tan alto hasta el más allá.
Culpable por amar con placer
desde el énfasis hasta morder la carne
y devorarla con ansias,
por entregarse al infierno en el deseo
de querer sentir la vida
en constante agonía en pecado mortal.
Que preciosidad! Profundo y elegante. Un beso Adolfo.
ResponderEliminar