No quiso el destino…
Ni tampoco el azar…
Tu camino con el mío…
Cruzar…
Ni tu cara de niña mimar…
Y mis dedos tu pelo acariciar…
Estrechar tu pequeño cuerpo
Y tu corazón latiendo…
Con el mío a la par
Quise sentir tu olor…
A desierto…
A mar de arenas…
A dunas errantes de tanto vagar
Lagrima muda….
La que queda por brotar…
Esa que nunca veras…
La que tu ausencia me atosiga…
En su tálamo dormirá…
Esa ausencia…
Que tú me provocas…
Y que no me puedo consolar…
La presencia en mi jaima...
Te quedo por visitar…
Mimos… abrazos… besos…
Miradas… caricias por dar
Ausentes de tacto quedaron…
Y por siempre quedaran…
A ti…
Flor del desierto…
Cuya lejanía me mata
A ti…
Que tu nombre hice poema
Que mi amor te quise dar…
Amor de padre…de abuelo…
De
amigo…
Amor fraternal….
Quise…
Sentir tu presencia…esa
Que tanto se espera…
Y que nunca pude lograr
Risas…
Cosas por contar…
Hablar de tu tierra…
Que en mi memoria esta…
Declamar tu poema…
Con tu voz hecha verso…
Como balada al cantar…
Te pienso… te sueño…
En mi mente siempre estas…
No voy a olvidarte…
El destino no te quiso traer…
Ni tampoco el azar
Hayo soledad…alejamiento
Nudo en mi garganta tengo…
Que no puedo desatar
Lagrima muda que salir
Quisiera…
Seca…sin sal…en silencio
Recorrer mi cara demanda…
Desatar mi nudo…
Y no puedo llorar…
Llenaste mi vida de ausencia
Difícil de rellenar…
De ese amor que me queda
Aun por dar… a esa flor
Del desierto…cuyo nombre…
No quiero pronunciar…
El destierro ruin te espera…
De nuevo…
Obligado…no merecido…
Lleno
de carencias…de lejanía
De distancia eterna…
Seres queridos que allí están…
Mucho has de contar…
De vivencias vividas…
Colmadas de amor…de gozo…
De felicidad…
Esa que aquí te han dado…
Y que seguro…seguro…
No podrás olvidar
Te quiero mi pequeña niña
Tu presencia aun tengo
Aunque no te pude besar,
Ni estrechar tu pequeño cuerpo
Ni tu corazón y el mío latir…
A la par…
La lágrima muda está…
Y guardada en su lecho queda…
Cuando en mis brazos te estreche...
Y en mis ojos pueda derramar
Adolfo
Precioso poema al desamor....siempre está el consuelo de esa lágrima muda y testigo de esa ausencia.Saludos
ResponderEliminarContinúa encandilándonos con tus profundas poesías, que tu pluma no ceje en el empeño de seguir floreando blancos lienzos poéticos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo querido amigo.